WElcome
Hugo Moreno obtained his PhD in Hispanic Literature at Cornell University and he teaches at Lewis & Clark College. He has written peer-reviewed articles and an academic book on Hispanic literature and philosophy. His debut novel, Donde se acaba el Norte, received an International Latino Books Award in August of 2021.
book trailer - Donde se Acaba el norte
Donde Se Acaba El Norte, Book Excerpt:
“La existencia es una ilusión, un sueño, Uriel. El ser humano es un quimerista inconsciente, un soñador que no sabe que sueña. Tú no estás enfermo, eres simplemente un soñador que ha adquirido cierto grado de lucidez sobre su existencia ilusoria.”
BOOKs BY HUGO MORENO
DONDE SE ACABA EL NORTE
RETHINKING PHILOSOPHY WITH BORGES, ZAMBRANO, PAZ, AND PLATO
Rethinking Philosophy with Borges, Zambrano, Paz, and Plato, Book Excerpt:
“Are Borges’ Ficciones, Paz’s El mono gramático, and Zambrano’s Claros del bosque literature or philosophy? The main goal of this book is to show that philosophy and literature are not mutually exclusive, autonomous categories, and that these three texts are both works of literary art and works of philosophical thought.”
— Hugo Moreno, Rethinking Philosophy with Borges, Zambrano, Paz, and Plato
Donde se acaba el Norte es la primera novela de Hugo Moreno, profesor e investigador de Lewis and Clark College en Portland, Oregon. El libro obtuvo una medalla en el International Latino Book Awards de 2021 en la categoría “mejor novela de aventura o drama en español”.
Es una novela que atraviesa múltiples fronteras, épocas y espacios diferentes, incluso traspasa el umbral entre la vida y la muerte. Es también una épica de la búsqueda del héroe que remite a las sagas en pos del conocimiento, la luz y la verdad. En ese sentido es un texto que dialoga con las diversas concepciones filosóficas y cosmogónicas que remiten al ser humano desde sus orígenes hasta la finalidad de la existencia. La trama de la novela evoca el cuento “La noche boca arriba” de Julio Cortázar. Dos per- sonajes transitan en dos tiempos y espacios distintos: en el siglo diecisiete en Nuevo México, y en el siglo veinte en Ítaca, Nueva York. Ambos confluyen en un narrador que viaja en el tiempo en una travesía de vidas paralelas que enfrentan diversas amenazas en sus respectivas épocas.
Diego y Uriel transitan a lo largo del texto por medio de sueños y niveles de conciencia astrales. A lo largo de la trama se desarrolla un argumento que dialoga con cosmogonías de los pueblos nativoamericanos en consonancia con las filosofías de Asia. La amenaza de la Santa Hermandad es el hilo que une los dos tiempos y donde confluyen los ejes temáticos. La Santa Hermandad se representa en la Inquisición del siglo diecisiete y en la persecución de la banda narcocriminal del siglo veinte en Ciudad Juárez. El viaje astral a través de los sueños le permite a Uriel/Diego vivir en dos tiempos y comprender desde niveles de alteridad su destino en las dos épocas. Al final, parece darse una confluencia en el accidente de bicicleta en la calle Buffalo de Ítaca y en la condena a la Inquisición en Senecú, Nuevo México. Pero en forma alterna al cuento de Cortázar, el personaje entrevé la salvación al penetrar al nivel de entendimiento que se abre como una luz iridiscente a una nueva dimensión: ¿El templo de la sabiduría? ¿La tierra prometida? ¿La luz clara de la claridad?
Donde se acaba el Norte es una novela muy compleja, rica en propuestas cósmicas y tras- cendentales. Refleja una investigación exhaustiva histórica y metafísica. Demuestra también un gran conocimiento de las concepciones espirituales, cosmológicas y metafísicas de muchas corrientes filosóficas, teológicas, de sectas secretas de los iniciados y los iluminados, así como de las creencias nativoamericanas y de las obras de la literatura universal que tratan estos temas. A través de su lectura se perciben ecos de obras como El círculo del espíritu de Peter Gold, Viaje a Ixtlán de Carlos Castañeda, Journey to the East de Herman Hesse, Bendíceme Última, de Rudolfo Anaya, así como las obras trascendentales de María Zambrano y Octavio Paz. En ese sentido, la estructura sigue el modelo de la épica del héroe en busca del conocimiento supremo. Sin embargo, la novela también nos sitúa en la línea divisoria entre México y Estados Unidos y en las luchas del siglo veinte y veintiuno por el control de estos territorios. Como un eco de Roberto Bolaños en 2666, aborda los conflictos del narcotráfico y el feminicidio que hicieron historia en Ciudad Juárez en el cruce del milenio. Es así como la narración cruza fronteras a nivel espacial, temporal y metafísico.
Un segmento significativo de la obra es la conversación del narrador con Ibn Arabi, María Zambrano, Herman Hesse, Sor Juana y el Dalai Lama en un encuentro con la Liga de los inicia- dos. Es un pasaje admirable que reúne la sabiduría de todos estos grandes. Este encuentro le permite al narrador confrontarse con el acto de la escritura como fin existencial. El autor/narra- dor cuestiona su rol como escritor y la capacidad de lograr la gran obra resumida en este enun- ciado: “El propósito de mis escritos ha sido desde entonces no producir arte literario, como antes pretendía, sino entrenar la mente, fortalecerla, templarla y depurarla de emociones, apegos, intenciones, ideas y conceptos hasta vaciarla y ponerla en su estado primordial” (272).
Cabe destacar el nivel estilístico de la narración con un lenguaje pleno de lirismo y de reso- nancias estelares. La prosa conduce al lector a niveles de belleza poética que le permite imbuirse en el misterio y el suspenso de la narración. Como complemento, la música se convierte en len- guaje auditivo que ambienta y enaltece los escenarios de la novela.
En donde se acaba el Norte es apta para estudiantes, profesores y públicos que aprecian el desafío intelectual y que responden al reto de acceder al conocimiento en sus múltiples formas. La novela se puede estudiar como una gesta épica, novela de crecimiento y aventuras; como texto de frontera que aborda temas políticos y sociales entre Estados Unidos y México, o como novela histórica de la conquista y colonización hispana. Son tantos los temas, tan complejos y lleno de interrogantes que al final de su lectura deja la sensación de haber atravesado mundos astrales y galaxias desconocidas.
—Elvira Sánchez-Blake
Michigan State University
Hispania, Volumen 105, Número 2, Junio 2022, pp. 328-329 (Reseña) Publicado por Johns Hopkins University Press
Reading Donde se acaba el norte is like wandering into a cabinet of curiosities whose curator is fascinated by New Mexico and its neighbors on both sides of the Mexican-US border. An imaginative work of fiction set mostly in New Mexico, Moreno’s novel is grounded in a deep knowledge of Apache, Hispanic, and mestizo practices as they have developed there since the seventeenth century. Given its subject matter, one is tempted to substitute the words “history” or “historical fiction” to describe Moreno’s narrative, but to do so would be to overlook one of the novel’s great assets; Donde se acaba el norte questions the very nature of temporality and our (in)ability to accurately and chronologically recount the people, places, and events that precede us.
Part of the satisfaction readers can draw from Donde se acaba el norte comes from piecing together precisely how characters and their eras relate to each other and to the novel’s protagonist, who for simplicity’s sake we can call Uriel/Diego. In broad terms, though, the plot unwinds in several settings: the seventeenth century, first in a Spanish mission along the Camino Real leading to Santa Fe and later in the mountains and plains of the Apache homeland, and the late twentieth century, in Mexican and US border states and in Ithaca, New York.
Readers join Uriel/Diego on his shapeshifting and world-transforming adventure as he weathers—more successfully than most—the Inquisition and the harsh religious discipline of the colonizers’ frontier mission. In episodes that resonate with Fray Servando’s escapades in Arenas’s El mundo alucinante, Uriel/Diego questions the faith and practices of his spiritual community. Unlike Servando, however, the protagonist of Donde se acaba el norte, unsure of himself and lacking the conviction of his brethren, hardly protests moments of shocking injustice. As a creature of his late-twentieth-century academic training in pluralistic postmodernism, Uriel/Diego finds himself able to recognize wrongs, but feels paralyzed by indecision in how to respond. Luckily for him, Moreno provides an escape hatch that sends Uriel/Diego on to the next stage of his quest and allows the protagonist to evade any duty to act. While some readers may find such side-stepping disappointing, others may, like Uriel/Diego himself, understandably be ready to move from the confined, monotonous world of the mission and on to wider vistas.
When Uriel/Diego finds himself far removed from a settlement along the Camino Real, he not only contends with the long-unconsidered Indigenous part of himself, but is also challenged to absorb a new cosmology and foreign-yet-familiar belief practices that are quite different from the doctrine taught in the mission from which he has emerged. Students of Native American history might find many of the scenes in this second setting edifying and indeed entertaining, but they, like Uriel/Diego, will remain at a remove, observing the practices without ever committing to participate. Editor’s footnotes, peppered throughout the book but especially in this portion, add to the sense of an intellectual, rather than a spiritual, exercise.
In each of these locales, faces and speech patterns modulate according to the epoch to which they correspond, but only faintly. Emphasizing the slipperiness of time and gender and language as fixed concepts—or perhaps as a nod to the creative inventiveness of human psychology the protagonist discerns in the face of his American psychotherapist a feminized, 1990s manifestation of a male character we meet from centuries before. Similarly, the archaic Castilian of the Early Modern friars has the same distancing effect as the second-language Spanish of the Indian guide, Refugio, but both registers are accessible to twenty-first-century readers.
Whatever the language conventions, if conversations often seem implausible, this is understandable, as they are uttered in the realm of the subconscious, projections of the knowledge and urges of the sleeping Uriel/Diego. Rather than dramatic recreations of naturalistic speech, dialogues reflect the logic of dreams and the stiltedness of medieval morality plays, in which unlikely characters appear together and provide audiences a full rendering of their identity and relationship to other characters, lest their role be misinterpreted and their lesson misunderstood. Uriel/Diego’s exchanges function principally to remind our protagonist of how much trivia he has acquired about the people and region from which he descends. Characters read back to him, wearing seventeenth-century costumes or employing New Age buzzwords, the encyclopedia of miscellanea that is housed in his own mind.
The dreamer whose mind generates—or at least taps into—these fantastic worlds is an aspiring scholar and novelist whose complicated love and work life take readers on extended visits to the US-Mexico border and to Ithaca, New York, in the 1990s. These subplots, which center on family intrigue and illicit transnational networks, are some of the most captivating in the book and could be productively spun off into future literary projects. In the meantime, though, readers who love the Spanish-language canon and who therefore see a bit of the narrator in themselves can enjoy uncovering a rich trove of literary allusions and navigating the worlds—real or imagined—of Donde se acaba el norte.
—Daryl Spurlock
Cornell University
Chiricú Journal: Latina/o Literatures, Arts, and Cultures, Volume 6, Number 2, Spring 2022, pp. 117-119 (Article)
Published by Indiana University Press